Según detallaron, se encontraron al menos tres grandes espacios cerrados, loteados, en vía de ejecución de varias construcciones frente al embalse; en uno de ellos, se prevé la construcción de 62 casas, en lotes, todos vendidos. A raíz de la presencia de las autoridades, los vecinos indicaron detalles sobre la persona que vendió los lotes, argumentando posesión del vendedor y otros, que tenían permiso para cultivo o pastoreo.
Asimismo, el equipo a cargo alertó que los “barrios” en vía de ejecución contaban con medidores de luz en cada lote y que solo algunos de los compradores sabían que se trataba de un Área Natural Protegida provincial, por lo que su uso no era compatible con ese tipo de construcciones.
Continuando con el recorrido por la zona, a la altura de la zona conocida como “Ojo de Agua”, las autoridades se encontraron con algunos terrenos cercados y, en la desembocadura del Río Tafí, dieron con una zona totalmente intervenida por la extracción de áridos. En el mismo momento, el equipo identificó un camión cargado con áridos, por lo que se procedió a su demora por parte del personal de la División Delitos Rurales y Ambientales.
Cabe destacar también que algunos integrantes de la Comunidad Indígena de la zona se acercaron para manifestar su preocupación por todo lo detallado anteriormente, así como su intención de articular con la provincia en la tarea de coordinar respecto a la selección del espacio apto e idóneo para construcción de viviendas. Todo ello a los fines de garantizar el objetivo en común: la conservación y el manejo adecuado de los recursos naturales de la Reserva Provincial La Angostura.
“El camino es largo y recién comienza, la situación territorial es compleja, pero el objetivo es claro y necesario: preservar el Área Natural Protegida, en beneficio de la valiosa biodiversidad que alberga, de todos los ciudadanos e, inclusive, de los malintencionados que se enriquecen a costa de la salubridad de los mismos habitantes de la zona”, expresa el informe elaborado por el equipo.