Por un lado, la caída en la producción de carne durante los primeros siete meses del año, junto con una valorización de la hacienda destinada al mercado interno, sugiere posibles presiones al alza en los precios.
Además, la reducción de aranceles para los productos cárnicos podría incrementar los precios de exportación, ejerciendo una presión adicional sobre los costos en el mercado local. Estos factores podrían llevar a un ajuste en los precios de la carne vacuna en los próximos meses, volviendo a colocarla en el centro del debate económico, señalaron.